En el largo camino.

Llegué hasta acá, dije basta. Basta de vos, de yo del todo en el que estamos inmersos.
Quisiera decir tantas cosas, muchas de las cuales están tan escondidas que sería una epopeya hallarlas.
Tendré que animarme a ir más allá. Tendré que someterme a juicios de valores innecesarios porque nada hasta ahora sirvió, nada fue suficiente para gritar.
Hablar era someterse al silencio.
Nadie me prometió que mi vida sería fácil, pero tampoco nadie me dijo cuán duro sería vivir.
Mi anhelo más grande es recuperar la niñez que alguna vez supe tener. Saber que existió un ser tierno, sensible que se encontraba más allá de todo, de la maldad de la agresión de la injusticia.
En tiempos egoístas, donde siempre estamos solos habrá que luchar, habrá que hacer valer los sentimientos, dejar a un lado nuestro ego y proyectarnos hacia la cura la de enfermedad.
No quiero convertirme en objeto blanco y helado, quiero sentir fuego y quemar.
Quiero volver a ser lo que nunca fui, el ideal que supe tener de mí misma.
Quiero saber que después de tanta tormenta sale el sol, que después de las nubes, 
el cielo es siempre azul.

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