La ola.

Detener aquello era casi un acto demencial; ¿para qué hacerlo?
Nada en su camino se interpondría.
La concreción de la tragicomedia se llevó a cabo.
Los personajes sufrieron una cruel simbiosis.
Nadie nunca jamás había imaginado aquel final.
Era como siempre lo había soñado, todos lo recordarían
Odio y amor, felicidad y encono; no concebía entendimiento.
Fueron cinco segundos fatales; fin.

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